lunes, 1 de junio de 2009

Imágenes


Un día soleado, una ventana, una habitación. El viento sopla las páginas del libro que Verónica aún no acabó de leer. La habitación se encuentra vacía. En el aire, un olor de perfume y una sensación de angustia.
Una heladería, una vaso de agua, la boca con sede. Verónica mientras bebe el agua, piensa en como calmar su corazón. Su cabeza esta confusa. Siente cosas que hasta este momento, nunca había sentido.
Una pila, un espejo, las manos en el jabón. Verónica aún siente el olor del último encuentro. ¡Quiere acabar con eso! Hace fuerza. Cree que con la fuerza el olor se va más rápido. Pero el olor esta en su alma… La gana de tenerla otra vez es la responsable por el olor que le incomoda.
La noche anterior fue muy larga. Los ojos de Verónica se quedaron abiertos, mismo cuando su cabeza dormía y viajaba. Pensó que no había más día, pero el día siguiente llegó antes de lo que imaginaba. Ahora pensaba en su familia. Su madre y padre. Sus hermanos… Las peleas… Los gritos… Los vidrios rotos… Se recordaba de cómo tenía llegado allí. Recordaba también de los lloros y de los rostros asustados.
Ahora se recordaba de las imágenes y el fuerte perfume no salía de sus manos. Había bebido todo el frasco… Su dependencia ahora dolía y sus sueños volvían a ser realidad. Dentro de la clínica de tratamiento sólo una habitación, una ventana y un día soleado.

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